Vallad y Junbiie
Luego de su encuentro con el lémur, Vallad se encaminó en búsqueda de Sasakidoga, sin saber muy bien hacia donde se dirigía. Guiándose por la dirección del viento, y por las hojas que se elevaban de los árboles invertidos otoñales, llegó a un pueblo de rocas-alma.
Al llegar al centro del pueblo, Vallad vio a una pequeña niña sentada entre algunas rocas-alma, las cuales escuchaban aténtamente las palabras de la infante:
"Reimi Reimi!, gritó Lambverne, llamando a su mascota, entonces Lamb..."-terminó la niña mirando sorprendida a Vallad
Niña: ERES TU!, POR FIN LLEGASTE!
Vallad: Que?
Niña: Vaya que te tardaste, pero me alegro mucho que estés aquí...
Vallad: Espera, espera, Quien eres? como es que sabes quién soy?
Niña: Jijiji, que tonto eres, yo soy TU
Vallad: ¿¡!?
Niña: Bueno, no exactamente tu, soy tu vida, lo que te ata a este mundo. Pero vamos, no perdamos mas tiempo, debo guiarte en tu camino a Sasakidoga
Vallad: Sabes donde se encuentra
Niña: No es difícil, está en todos lados, sólo hay que encontrarlo...
Al llegar al centro del pueblo, Vallad vio a una pequeña niña sentada entre algunas rocas-alma, las cuales escuchaban aténtamente las palabras de la infante:
"Reimi Reimi!, gritó Lambverne, llamando a su mascota, entonces Lamb..."-terminó la niña mirando sorprendida a Vallad
Niña: ERES TU!, POR FIN LLEGASTE!
Vallad: Que?
Niña: Vaya que te tardaste, pero me alegro mucho que estés aquí...
Vallad: Espera, espera, Quien eres? como es que sabes quién soy?
Niña: Jijiji, que tonto eres, yo soy TU
Vallad: ¿¡!?
Niña: Bueno, no exactamente tu, soy tu vida, lo que te ata a este mundo. Pero vamos, no perdamos mas tiempo, debo guiarte en tu camino a Sasakidoga
Vallad: Sabes donde se encuentra
Niña: No es difícil, está en todos lados, sólo hay que encontrarlo...